Misiones Salesianas ha puesto en marcha la campaña Emergencia Ucrania para el envío de ayuda humanitaria a este país. Los misioneros salesianos ucranianos están ayudando a la población y en casas salesianas de Europa comienzan a acoger a refugiados.
“Necesitamos alimentos, medicinas, productos de higiene, generadores de energía, pañales para bebés, sacos de dormir…”, es la petición que llega de los salesianos que están trabajando en Ucrania.
Los Salesianos en Ucrania cuentan con 11 casas salesianas repartidas por las ciudades de Kiev, Leópolis, Yitomir, Dnipró, Odesa, Korostioshev, Peremysljany y Bibrka, con un total de 42 hermanos salesianos.
Más de una semana de conflicto
Tras más de siete días de guerra entre Ucrania y Rusia, “se están registrando colas interminables para adquirir productos de primera necesidad y combustible. No sabemos qué va a pasar en las próximas horas”, explican los misioneros salesianos en Kiev.
Más de un millón de personas ha huido ya de sus hogares a causa del conflicto a los países fronterizos: Polonia, Rumania, Eslovaquia, Hungría y Moldavia. “A Chisináu, capital de Moldavia, ya han llegado más de 20.000 refugiados”, explicaban los salesianos en este país. “Y en Bratislava estamos colaborando con las autoridades porque ya hay más de 50.000 personas refugiadas”, dicen los misioneros desde Eslovaquia.
Ayuda desde Misiones Salesianas
En esta emergencia, la Procura de Misiones Salesianas de España ha puesto en marcha la campaña Emergencia Ucrania para recaudar fondos económicos y poder ayudar a la población ucraniana que permanece en el país con alimentos, medicinas, agua, mantas y demás víveres y enseres necesarios. El pasado jueves, la entidad salesiana informó de que ya ha realizado un primer envío de dinero para ayudar a los menores, mujeres y personas mayores que atienden y acogen los salesianos en sus instalaciones y en los países vecinos.
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Acogida en Ucrania y otros países
La acogida y asistencia de personas refugiadas que huyen del conflicto se produce en las presencias salesianas de Ucrania, especialmente en Leópolis, al oeste del país, donde, hasta el momento, las bombas no han hecho acto de presencia.
El misionero salesiano Oleh Ladnyuk lleva ya siete días de viajes ininterrumpidos hasta las ciudades más orientales del país para ayudar a la población. “Me marcho con medicinas hacia estas ciudades y vuelvo con personas que no tienen otra forma de huir”, explica el salesiano. “Todo lo que veo allí es horror y personas que necesitan ayuda urgente: mujeres, niños, personas mayores…”.
Además, explica que los salesianos están ayudando al pueblo ucraniano y que, como sacerdotes, se sienten realizados en este cometido de ayuda a los demás. “Casi todos nuestros sacerdotes del este de Ucrania se han quedado con sus parroquianos. Dar ejemplo es lo que nosotros hacemos: estamos con ellos, no huimos, ayudamos… y ellos ven en nosotros, los sacerdotes, a Dios cerca de ellos, de la gente que sufre. En estos momentos sientes realmente que, como párroco, como sacerdote, vives tu vocación al cien por cien”, explica con gran alegría.
“Las personas que permanecen en Ucrania se refugian en los sótanos de las escuelas, en refugios… La población tiene miedo, pero aún resiste y hay muchas personas que van al frente”, dicen los misioneros salesianos. “Hay poblaciones en las que las personas ya no tienen agua ni alimentos”, añaden.
En Polonia, los salesianos también trabajan en la acogida a los refugiados. “Los cines y los edificios públicos se han convertido en escuelas y salas de juego para los pequeños ucranianos”, asegura Monika Lawroska, que trabaja con los Salesianos en el Voluntariado Misionero en Cracovia. Los salesianos en Polonia han organizado el centro de acogida para los refugiados en el seminario salesiano. “Están preparados para dar refugio a varias docenas de ucranianos cuando lleguen”, continúa Monika.
También en otras presencias salesianas de otros países europeos están acogiendo a refugiados que salen de Ucrania. Es el caso de Eslovaquia, donde ya han llegado cerca de 100 refugiados desde Leópolis, Rumania (en Bacau y Constanza) y Moldavia (en su capital, Chisináu, con 20 personas acogidas… y se esperan muchas más). Otros refugiados son acogidos en Italia, en casas salesianas de Venecia, Catania o la misma Turín.
“Además de la ayuda humanitaria y la solidaridad de todos los rincones del mundo también es necesario que la comunidad internacional haga una verdadera apuesta por la paz y por el cumplimiento del derecho internacional. No podemos quedarnos de perfil”, dice Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.